El 3D, o imagen tridimensional, forma ya parte esencial de nuestra vida cotidiana. Ya sea en películas, videojuegos o proyectos arquitectónicos, impresiona por su realismo. Pero ¿sabía que esta tecnología tiene sus raíces en siglos de experimentación e innovación? Demos un paso atrás en la historia para descubrir cómo el 3D se convirtió en lo que es hoy.
La idea nació con la perspectiva
Mucho antes que los ordenadores y los programas informáticos, artistas del Renacimiento como Leonardo da Vinci trataban de representar la profundidad en sus obras. Utilizando la perspectiva, daban a sus cuadros una impresión de relieve y vida.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando la tecnología entró en juego. En la década de 1830 hizo su aparición el estereoscopio. Este ingenioso aparato permitía ver imágenes en relieve combinando dos fotos ligeramente desplazadas, una para cada ojo. Fue un primer intento de recrear la sensación de profundidad que hoy asociamos al 3D.
La llegada de los ordenadores
El verdadero auge del 3D comenzó en el siglo XX con el desarrollo de la informática. Los primeros ordenadores, aunque enormes y rudimentarios, permitían crear formas tridimensionales sencillas.
En las décadas de 1960 y 1970, las industrias aeroespacial y automovilística adoptaron estas herramientas para diseñar sus prototipos. Estos avances sentaron las bases del software de diseño asistido por ordenador (CAD), hoy indispensable en muchos sectores.
La animación 3D entra en escena
A principios de la década de 1980 se produjo una explosión del 3D en el mundo artístico. Pixar, pionera en este campo, produjo en 1984 Las aventuras de André y Wally B.un cortometraje que demuestra el potencial de la animación en 3D.
Unos años más tarde, en 1995, Toy Story revolucionó el cine al convertirse en el primer largometraje producido íntegramente en 3D. Este éxito allanó el camino para el 3D tal y como lo conocemos hoy en día.
3D para arquitectura e industria
Más allá del cine, el 3D está transformando sectores como la arquitectura y la industria. Los programas informáticos especializados permiten a los profesionales diseñar edificios, vehículos y objetos con una precisión impresionante.
Empresas como Logyline están aprovechando el poder del 3D para reinventar el diseño de exteriores. Por ejemplo, con el software Logyconcept3D, los profesionales pueden visualizar pérgolas, piscinas o terrazas incluso antes de construirlas, convenciendo a sus clientes con renderizaciones impactantes.
Hacia un 3D accesible para todos
En la década de 2010, el 3D ofreció la posibilidad de materializar objetos digitales en cuestión de horas, transformando ideas en prototipos concretos. Se utiliza en sectores tan variados como la medicina, la industria aeroespacial o el diseño de interiores.
En Logyline, por ejemplo, estamos trabajando en la integración de la realidad aumentada en nuestras soluciones para que los clientes puedan visualizar sus proyectos directamente en su entorno real.
Además, la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) hacen que el 3D sea aún más inmersivo. Estas innovaciones nos permiten sumergirnos en entornos interactivos o visualizar proyectos directamente en su contexto real. En Logyline, hemos integrado la realidad aumentada en nuestro software, ¡lo que permite a los clientes proyectarse directamente en sus jardines!
Desde sus primeros bocetos a lápiz hasta la realidad aumentada, el 3D ha recorrido un largo camino. Está influyendo en nuestra forma de diseñar, jugar, trabajar e incluso tratar.
Y esto es sólo el principio. ¿Qué nos deparará la próxima década?
